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domingo, 18 de agosto de 2013

La autenticidad del Evangelio de Judas.


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Un evangelio que alude a Judas como un co-conspirador de Jesús, en lugar de un traidor, fue dictaminado como probablemente auténtico en 2006. Ahora, los científicos revelan que no podrían haber hecho esta consideración sin una serie de documentos mucho más mundanos y remotos, los cuales incluyen antiguas licencias de matrimonio y contratos de propiedad del antiguo Egipto. 


El Evangelio de Judas es un fragmentado texto en lengua copta que retrata a Judas bajo una luz mucho más favorable de lo que hacen los evangelios que figuran la Biblia. En esta versión de la historia, Judas entrega a Jesús a las autoridades para su ejecución a petición de éste, como parte de un plan para liberar su espíritu del cuerpo. En la versión aceptada de la historia bíblica, Judas traiciona a Jesús por 30 monedas de plata.



El microscopista Joseph Barabe y la conservadorar Florence D'Arbre examinan el Evangeliio de Judas durante la investigación llevada cabo en el año 2006 para su autentificación. Foto: Joseph Barabe, McCrone Associates, Inc.





Como parte de la investigación del documento en 2006, auspiciado por National Geographic Society, el microscopista Joseph Barabe, del laboratorio McCrone Associates, en Illinois, y un equipo de especialistas, analizaron la tinta del evangelio hecho jirones a fin de averiguar si era verdadero o falso. Algunos de los productos químicos en la tinta levantaban banderas en rojo (de advertencia), hasta que Barabe y sus colegas encontraron en el Museo del Louvre un estudio sobre documentos egipcios del siglo III d.C., del mismo período que el Evangelio de Judas. 

"Lo que el estudio francés nos decía es que la tecnología de la tinta utilizada estaba pasando por una transición", dijo Barabe a LiveScience. La extraña tinta del Evangelio de Judas de repente encajaba en su lugar.

C.S.I: Antiguo Egipto 

Barabe y sus colegas son especialistas en investigaciones exhaustivas de antiguos -o supuestamente antiguos- documentos y obras de arte. La composición química de las tintas utilizadas puede revelar la diferencia entre algo auténticamente antiguo y una falsificación. En 2009, Barabe ayudó a desenmascarar un evangelio llamado "Marcos arcaico", el cual algunos atribuían a un manuscrito del siglo XIV, como una falsificación moderna. Él también ha trabajado con la Oficina Federal de Investigaciones (F.B.I.) para detectar pinturas falsificadas . 

Sin embargo, una llamada de National Geographic significó para él una "gran cosa", dijo Barabe. "Era a la vez emocionante y un honor", añadió. 

La National Geographic Society quería saber si el Evangelio de Judas, descubierto en la década de 1970, en realidad se remontaba a los primeros días del cristianismo, o si era, como el "Marcos arcaico", una falsificación. Barabe reunió a un equipo de científicos con una gran variedad de especialidades y sometieron el Evangelio a un análisis intensivo de microscopía y espectroscopía. 

Al principio, sus hallazgos ofrecieron pocas esperanzas de que el Evangelio de Judas fuera auténtico. El documento estaba escrito con dos tintas -negro y marrón- mezcladas. La negra era una tinta llamada "negro de humo", la cual era compatible con las tintas usadas en los escritos egipcios de la antigüedad y, en concreto, en el siglo III, señala Barabe. 

Pero la tinta marrón era más misteriosa. Era una tinta rica en hierro, llamada ferrogálica, pero le faltaba el azufre que generalmente se encuentra en las tintas de este tipo. El asunto era entonces explicar esta diferencia. 

"Una cosa que hizo esto un poco más dramático de lo que nos hubiera gustado, es que hicimos el muestreo en la tercera semana de enero de 2006, y la conferencia de prensa ya estaba programada para la tercera semana de abril de ese mismo año", dijo Barabe. "Así que teníamos tres meses para dar vueltas alrededor de la "criatura" y llegar a una conclusión, y ello supuso realmente una enorme presión sobre nosotros, dado que nos enfrentábamos esencialmente un precipitado proyecto de tres meses". 

Autentificación del Evangelio de Judas 
Algunos aspectos del documento sugerían autenticidad. Las más prometedoras de estas características, aduce Barabe, era que la tinta no se apilaba en los papiros deformados, lo que sugería que el documento había sido escrito antes de que dicha deformación ocurriera. Si alguien hubiera intentado escribir en un papiro pre-deformado, la tinta se habría juntado en las grietas y depresiones del mismo, un signo seguro de que alguien había intentado deliberadamente hacer que un papiro nuevo pareciera viejo. En su lugar, el Evangelio parecía haber sido escrito en papiros planos y envejecidos de modo natural. National Geographic encargó también otros análisis, incluyendo la datación por radiocarbono, análisis de la escritura y del estilo lingüístico. 
Barabe examinó libros en busca de otros estudios sobre las primeras tintas egipcias. Y el estudio de certificados de matrimonio y documentos sobre propiedades de tierra egipcios, pertenecientes al Louvre, demostraron ser decisivos. 

Ese estudio demostraba que los contratos en Egipto, en la segunda mitad del siglo III estaban escritos en tinta negro de humo, al estilo tradicional egipcio. Pero fueron registrados oficialmente en estilo griego tradicional con tinta ferrogálica marrón. 

Los hallazgos del estudio del Louvre sugerían al equipo que la presencia de ambas tintas era consistente con una fecha temprana para el Evangelio de Judas, subraya Barabe. 

Y lo que es más, el estudio del Louvre halló que las tintas a base de metal de este período de tiempo contenían poco azufre, al igual que la tinta del Evangelio de Judas. 

El descubrimiento dio a los investigadores la confianza necesaria para declarar el documento consistente con una fecha aproximada en el año 280 d.C. (Barabe y sus colegas advierten que esta investigación no prueba, más allá de toda duda, que el documento es auténtico, sino más bien que no hay banderas rojas que demuestren que es una falsificación). 

"Definitivamente, hubo un punto en que, de repente, estaba relajado y dije: 'Esto está probablemente correcto'", señala Barabe. 

Barabe presenta la historia de la investigación que hay detrás del Evangelio de Judas hoy lunes (es decir, ayer) en la reunión anual de la American Chemical Society, en Nueva Orleáns. Después de la investigación de National Geographic sobre Evangelio de Judas, el documento fue devuelto al Museo Copto de El Cairo. 

Fuente: LiveScience | Stephanie Pappas | 8 de abril de 2013 
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Un antiguo certificado de matrimonio egipcio permite autentificar el Evangelio de Judas 


Un certificado de matrimonio antiguo egipcio jugó un papel fundamental en la confirmación de la veracidad de las tintas utilizadas para verificar la autenticidad del Evangelio de Judas. La revelación, que arroja nueva luz sobre los grandes esfuerzos científicos para validar el evangelio, se hizo pública en la 245 edición de la Sesión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química. 

"Si no hubiéramos encontrado un estudio del Louvre sobre la boda egipcia y contratos de la tierra, que eran de la misma época y tenía tinta similar a la utilizada para grabar el Evangelio de Judas, hubiera sido mucho más difícil discernir si el Evangelio es auténtico", dijo Joseph G. Barabe, microscopista investigador principal de McCrone Asociados. 

Este experto que lideró un equipo de análisis de cinco científicos que trabajaron en el proyecto de McCrone, un laboratorio de consultoría en microscopía y microanálisis en Westmont, Illinois, explicó: "Ese estudio fue la pieza clave de evidencia que nos convenció de que la tinta del evangelio era probablemente correcta". 

La presentación de Barabe formó parte de un simposio sobre química arqueológica de la reunión de la Sociedad Americana de Química Arqueológica. Otras presentaciones incluyeron el anuncio del descubrimiento del tinte bíblico más sagrado en Masada (una fortaleza de montaña antigua de Israel), entre otros asuntos que se expusieron. 

Oculto durante 1.700 años 

El equipo de Barabe fue parte de un esfuerzo multidisciplinario organizado en 2006 por la National Geographic Society para confirmar la autenticidad del Evangelio de Judas, que fue descubierto a finales de 1970 después de haber estado oculto durante casi 1.700 años. 

El texto, escrito en copto egipcio, es convincente porque, a diferencia de otros relatos bíblicos que presentan a Judas Iscariote como un traidor vilipendiado, sugiere que Jesús pidió a su amigo, Judas, que le entregara a las autoridades. 


La clave: Tinta con base de cobre 

Después de analizar una muestra, Barabe y sus colegas concluyeron que ese evangelio fue escrito probablemente con una forma temprana de tinta ferrogálica que también incluyó hollín negro de humo fijado con un aglutinante de goma. 

Aunque este hallazgo sugiere que el texto podría haber sido escrito en el siglo III o IV, los investigadores se quedaron perplejos por una cosa: la tinta de hierro o de agalla utilizada en el evangelio era diferente a cualquier cosa que vista antes. 

Generalmente, las tintas de hierro o agalla, al menos en la Edad Media, se hicieron a partir de una mezcla de sulfato de hierro y ácidos tánicos, como los extraídos de nuez de agalla de roble. Pero la tinta de hierro o agalla utilizada para producir el Evangelio de Judas no contiene azufre, algo que, según Barabe, es preocupante. 

"No lo entiendo. Simplemente no encaja con nada de lo que había visto en mi vida. Fue uno de los momentos de más ansiedad que se ha producido en los proyectos que he tenido. Me he despertado por la noche tratando de averiguarlo. Estaba buscando desesperadamente respuestas", explicó este experto. 

En última instancia, Barabe encontró una referencia en un pequeño estudio francés realizado por científicos del Louvre que analizaron un matrimonio egipcio y registros de tierras escritos en copto y griego y datan de principios del siglo III. 

Para gran alivio de Barabe, esos científicos habían determinado que un certificado de boda y otros documentos fueron escritos en tinta hecha con cobre, pero poco o nada de azufre. "Encontrar ese estudio y darse cuenta de sus implicaciones, inclinó mi opinión un poco en el sentido de que era apropiado para la época", dijo Barabe. "Mi recuerdo de esa experiencia sigue siendo muy intensa. Tuve una repentina sensación de paz, de que las cosas estaban bien y de que podía presentar mis datos sin escrúpulos", agregó este investigador. 

Barabe ahora sospecha que la tinta utilizada en el Evangelio de Judas fue probablemente transitoria, un "eslabón perdido" entre las tintas a base de carbono del mundo antiguo y las tintas de la vesícula (hechas de hierro con sulfato de hierro) que se hicieron populares en la época medieval. 

Fuente: Europa Press/20minutos.es | ScienceDaily.com, 8 de abril de 2013

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